viernes, 12 de junio de 2015

Antes de decir te quiero, aprende a decir "me quiero"


Se habla mucho del concepto "autoestima", pero... ¿cómo podemos identificar esos pequeños detalles que la hacen tambalear? Sí, la autoestima se puede mejorar. Me gustaría explicar algunos puntos para que, aquellos que quieran subir su ego un poco, se animen a llevarlos a cabo.

1. No generalices. El hecho de que cometas errores o te pasen cosas negativas no significa que SIEMPRE vaya a ocurrirte, claro que no. Es normal que cuando nos ocurre algo malo todo lo veamos de color negro, ni gris ni rosa ni nada, negro. Además, nuestras neuronas activan todos los recuerdos negativos para que todavía estemos peor. Pero cambia tu pensamiento: "Si, me he equivocado, pero no siempre me va a pasar, yo tengo el control". Olvida las palabras Siempre y Nunca.

2. Mira lo positivo. Se nos olvida lo bueno que hacemos y nos "autolatigamos" con lo malo. Intenta recordar lo bueno que tienes y lo bueno que haces. Prémiate por ello, un café, una cena, un caprichito que te recuerde que puedes sentirte orgulloso de muchas cosas.

3. Hazte consciente de tus logros y éxitos. Los éxitos que tuviste en el pasado están ahí y tienen que darte fuerza para tener nuevos logros en el futuro. Tú puedes. Reconoce que haces cosas bien, escríbelas si hace falta.

4. No te compares. Todos somos distintos, no hay dos personas idénticas. Compararte te va a servir para envidiar algo que tiene el otro. No envidies, admira cómo lo consiguió. Aunque te veas "peor" que el otro en algunas cosas, seguro que eres "mejor" en otras. No te sientas inferior a nadie.

5. Acéptate. Este punto es clave. Debes aceptarte con tus defectos y tus virtudes, resalta tus puntos fuertes, que segurísimo que los tienes y acepta que tienes defectos y que los puedes mejorar si te lo propones.


6. Construye planes. Márcate objetivos. Si intentas superarte día a día, con metas a corto y largo plazo, te sentirás satisfecho y tu autoestima mejorará. Identifica qué es lo que te gustaría cambiar o qué te gustaría conseguir y márcate unas pautas para conseguirlo, con esfuerzo y constancia todo se consigue.

En modo resumido, estos son los puntos importantes a tratar para mejorar la autoestima. Teniéndolos claros y llevando a cabo diferentes técnicas podrás sentirte mejor contigo mismo.


"Antes de decir te quiero, aprende a decir me quiero"





viernes, 23 de enero de 2015

Proyecciones y "bienquedismo"

La proyección es un mecanismo de defensa que nos surge a todos de manera inconsciente con las personas  que nos rodean, tanto con nuestros amigos más íntimos como con personas que acabamos de conocer. Además, hay que tener en cuenta que puede aparecer en todos los ámbitos: familiar, laboral, estudiantil, en tiempo de ocio… Pero vamos a explicarlo con ejemplos para que quede más claro.


“No sé por qué, pero me presentaron a una chica el otro día y sin conocerla ya me cayó mal”, “Mira que a mucha gente le cae bien este chico, pero es que yo no le trago, y mira que no es mala persona, no sé qué me pasa…”, “no sé cómo te puede caer bien mi prima, no la aguanto”.




Todos nos hemos planteado esto alguna vez, pero… ¿Por qué nos pasa? También puede ocurrir a la inversa: “Intento caerle bien a tu amiga, pero es que es imposible, no le caigo bien desde el principio”, “Por muy maja y agradable que sea, siempre hay alguien que me critica, no lo entiendo”, “tu madre no me soporta ni aunque le regale un diamante de swarovski”. Esto serían proyecciones negativas hacia los demás y de los demás hacia a uno mismo.

Y, por lo contrario, también pueden surgir proyecciones positivas, que sobre todo ocurren cuando nos enamoramos: “esta chica me encanta, tiene algo y no sé qué es, pero tenemos buen feeling”, “¡oye tu amigo tiene algo que me hace sentir como si nos conociésemos de toda la vida!”.

Esto que es tan habitual en el día a día, tiene una explicación. En las proyecciones, atribuimos a los demás nuestras propias virtudes y nuestros propios defectos, incluso nuestras carencias. En las negativas, cuando hay algo que no aceptamos de nosotros mismos, lo exteriorizamos, proyectamos sentimientos o pensamientos que de aceptarlos como nuestros nos generarían ansiedad o malestar, así que los ponemos en otras personas (u objetos), haciendo así que “nos caigan mal”. En las proyecciones positivas, en cambio, atribuimos cualidades que admiramos o que nos encantan, creando así una buena conexión con esa persona e incluso llegándonos a enamorar de ella.

Y… ¿de qué depende el tipo de proyecciones que hagamos? Pues de nuestra historia personal de vida. Los acontecimientos, tanto positivos como negativos, que nos van ocurriendo a lo largo de nuestra vida y cómo vamos gestionándolos, nuestra educación, nuestro modelo familiar, nuestros valores creados, nos hacen ser de una manera o de otra, aceptándonos más o menos, haciendo que nuestra estima sea mayor o menor. Es decir, cada persona proyectará unos sentimientos o pensamientos u otros dependiendo de su pasado y de su forma de ver las cosas.

Consejo para los que se preocupan en caer y quedar bien… Como ves, no tienes control sobre esto, un porcentaje bastante alto de que caigas bien o mal a alguien depende de la historia de vida de esa persona y de cómo te vea a partir de su filtro personal, y un pequeño porcentaje depende de cómo te comportes tú con ella. Así que…


¡No gastes energía, no te preocupes y se tú allá donde vayas, solo así serás libre!


"No conozco la clave del éxito, pero se que la clave del fracaso es intentar complacer 
a todo el mundo" Woody Alen.

domingo, 12 de octubre de 2014

De viaje




Cuando cargamos con maletas y mochilas que no son nuestras, pero por alguna razón nos responsabilizamos de ellas, el viaje se nos hace más difícil de lo que debería ser. Pero, ¿por qué lo hacemos?

El estar pendiente de la imagen que perciben los demás de nosotros, de nuestras decisiones y acciones acaba quemando. Pero por paradójico que parezca, el querer gustar a nuestro entorno hace que nos vayamos olvidando cada vez más de nosotros mismos, y que esa buena imagen que queremos dar desaparezca, porque nos olvidamos de vivir nuestra vida, vivimos sus vidas, y al fin y al cabo, todos tenemos derecho a opinar y criticar.


Esto conlleva a que el nivel de control en los demás y en lo externo aumente hasta tal punto que nuestra autoestima disminuya al mismo ritmo. Ver que no conseguimos nuestro objetivo, en este caso improbable controlar los pensamientos y acciones de los demás, nos hace intentarlo una y otra vez, viendo que no conseguimos lo que queremos, que todo el mundo piense que somos perfectos. ¿Improbable o imposible?

Así, no asumas responsabilidades que no quieras, no cargues con el abrigo del quédirán. Ya está demasiado usado. Suelta las maletas de los prejuicios y de las neuras en un aeropuerto y despídete de ellas. Envíales una carta si quieres.

Que comentarios y juicios... y bienquedismos varios, no guíen tu vida. Deshazte de todo ese equipaje que no quieres cargar, y camina ligero. Piensa en lo que tú quieres, no en lo que los demás te piden o crees que te exigen. Vive tu vida, total, son dos días.


sábado, 27 de septiembre de 2014

Pues ahora, lloro


La vida es así, cambio constante. Pero esos cambios sacan a la superficie emociones, tanto positivas como negativas. Aunque nosotros no estemos preparados, o eso creamos, ahí están ellas, formando parte de nosotros. Hoy estoy contento, mañana quiero llorar. Ahora quiero reír, después me enfado. Las emociones también cambian. Interpretaciones que provocan emociones.


¿Por qué nos da miedo pararnos a sentir? Por eso mismo, por  miedo. Creemos que no soportaremos estar tristes o enfadados porque será terrible, pensamos que ciertas emociones pueden hacer que nos parezcamos a alguien que no nos agrada, nos sentimos culpables por sentir según que cosas, pensamos que no podremos controlar nuestra rabia, o que estará mal vista... Quizá, que no tenemos derecho a sentir según que cosas. Y resulta que somos un escaparate de felicidad.


La incapacidad de detectar las emociones y sus causas, ese vacío emocional, impide que no nos conozcamos por dentro y que, cuando estamos tristes, por ejemplo, no sepamos el por qué, de ahí que sea más difícil encontrar soluciones... quedándonos en el pozo más tiempo de lo debido. la fugacidad de nuestras vidas no nos permite pararnos a pensar.

Si estás feliz, ríe, disfruta de ese momento, deja que fluya, rebózate en tus carcajadas... Si estás triste, llora, pero también deja que fluya, ¡no pasa nada! Siente ese momento y pregúntate el porqué, pero no lo evites. Identifícalo. Recuerda tus derechos, tu derecho a sentir. 

¡Enfádate!






viernes, 25 de julio de 2014

Humildad liberada

Llegas un día creyendo que estás preparada para dar lecciones sobre la vida, que vas a explicar lo que se debe y no se debe hacer... que vas a inculcar valores. Pero te equivocas.

Guitarras, cánticos, pinceles, trazos negros, blancos, rojos, verdes, grises... Música y pintura. Reflejos de lo que está pasando dentro de ti. Expresiones de lo que no se dice, pero sí se siente. Y se siente mucho. Son sus vidas, así te transmiten lo pasado. Y es entonces cuando te das cuenta de que la condena no la están viviendo ahora, sino un tiempo atrás, antes de entrar aquí. Fue en su edad más temprana.

Te permiten mirar ahí, detrás de esa fachada que solo es una máscara temporal que guarda muchas cosas que todavía no han aprendido a salir. Y te vas de allí pensando... ¡sabiendo! que tú no has ayudado como creías que harías, sino que la lección te la han dado ellos a ti, una lección grande de humildad.

Lo mejor que se puede hacer al conocer a una persona, es pensar en todo lo que puedes aprender de ella. Una demostración más de que las apariencias engañan. Y engañan para bien.


Voluntariado en un centro de menores.




lunes, 26 de mayo de 2014

Proyecto Ceon

En la vida nos surgen todo tipo de situaciones, no hay mejores y peores, no hay buenas y malas, todo depende de nuestra interpretación, de si sabemos sacar la parte positiva de cada una de ellas. Todo esto tiene que ver con nuestro discurso interno, lo que nos dice esa pequeña voz dentro de nuestra cabeza después de que nos ocurra algo. 


¿Te deja tu pareja? "Bueno, quizá no me valoraba lo suficiente, quizá debo estar solo un tiempo y conocerme más a mi mismo, y más adelante ya conoceré a otra persona que me valore más" ¿Te echan del trabajo? "Quizá necesitaba este cambio para encontrar otra cosa que me llene todavía más" ¿Te hacen una crítica? "Me la tomaré constructivamente, quizá tienen razón, quizá no, pero intentaré beneficiarme de ella".

La vida es cambio constante, y ese cambio hay que encajarlo de la forma más natural posible. ¿Qué quieres ver la parte mala o la parte buena? Entrena tu mente para eliminar la queja de tu vida, para aprender que, aunque veas todo negro, siempre habrá una brecha por donde pase la luz, pero la verás solo si tú quieres.

Proyecto Ceon te ayuda con ese discurso interno que a veces nos da la lata. Enfádate, acepta el cambio y actúa si es necesario, porque siempre se puede sacar algo bueno de él. 



Con este proyecto, mi amiga Isabel Cruces y yo, queremos ofrecer ayuda a aquellas personas que deseen cambiar esa manera de ver el mundo que tanto les hace sufrir.


Cada persona tiene un punto de vista y a partir de ahí construye su mundo, su realidad. Trabajando activamente con esas interpretaciones se pueden cambiar las emociones que nos perturban y sus consecuencias. Porque no hace falta estar "loco" para acudir a terapia, todo el mundo sufre en algún momento de su vida y aceptando esto puedes empezar a cambiarlo. 


A veces tenemos las herramientas para mejorar, pero no sabemos utilizarlas. 


- Terapia de adultos

- Terapia de pareja
- Niños y adolescentes
- Estimulación cognitiva en demencias
- Coaching

https://twitter.com/proyectoceon
http://instagram.com/proyectoceon
http://www.proyectoceon.com/






viernes, 23 de mayo de 2014

Ser, no estar

Dudas, miedo, confusión, esperanza… Hay veces en las que ni tú mismo sabes lo que sientes con claridad, intentas creer que estás bien, pero unos sentimientos se sobreponen a otros, unas emociones tapan a otras, unos pensamientos esconden otros… Y al final, lo que sientes de verdad, tu realidad, queda debajo y no la puedes ver, ni notar, ni sentir. Pero la motivación sigue, la esperanza está presente. Existe en ti otro sentimiento que todavía aparenta ser más fuerte, la frustración, la impotencia de no saber qué pasará, la neura. Y solo ves el miedo a equivocarte. Ese siempre está ahí, más visible que ninguno. Y la tristeza, la pena de ver que lo que antes era claro, ahora es gris, no negro quizá, porque eres optimista, eres fuerte, pero ya no es blanco. Ahora todos esos sentimientos contrapuestos parece que luchan contra ti y no entre ellos, en una guerra en la que no te debes rendir, para poder ganar batallas, para conseguir tus metas.


Será la vida… Esa de la que debemos disfrutar, porque nuestro error es creer que el mañana nos brindará otro día, en vez de asumir que quizá no estemos, eliminando así las dudas, el miedo y la confusión. Seríamos libres y felices, llegaríamos más lejos, o no, pero al menos lo intentaríamos.

SERÍAMOS, no estaríamos.